miércoles, 3 de marzo de 2010

(III) GÉNERO DRAMÁTICO

Presenta una acción centrada en un conflicto que se manifiesta a través del teatro, es decir, representado públicamente frente a un auditorio por actores que encarnan los distintos personajes que conforman dicha acción, generalmente en forma dialogada.
Lo que sucede en la obra no está descrito ni narrado ni comentado directamente por el autor o dramaturgo, sino visto por el espectador. La obra está escrita, pero lo principal en ella es lo que ocurre (debido a esto, existen obras dramáticas sin palabras, o sea mudas, en las cuales se utilizan gestos y actitudes que expresan el conflicto).
La función del lenguaje predominante es la conativa.

Pertenecen a la dramática los subgéneros siguientes:

1) AUTO SACRAMENTAL

Representa episodios bíblicos, misterios de la religión o conflictos de carácter moral y teológico. Inicialmente representados en los templos o pórticos de las iglesias; el más antiguo es el denominado Auto de los Reyes Magos.


2) COMEDIA

Representa los acontecimientos o conflictos de la vida cotidiana, presentando el lado festivo y alegre de la realidad. Los personajes son de condición inferior, el desenlace es feliz y optimista, y su finalidad generalmente es la de provocar la risa del espectador.
Acabado ejemplo es La dama boba, de Lope de Vega.


3) DRAMA

Combina indistintamente elementos trágicos y cómicos, tendiendo a tratar los asuntos de forma menos rígida que la tragedia y la comedia.
En el siglo XVII recibió el nombre de tragicomedia.
El alcalde de Zalamea, de Calderón de la Barca, es claro ejemplo.


4) MONÓLOGO O SOLILOQUIO

Monodrama, pieza dramática interpretada por un solo actor, aun cuando en ella intervengan varios personajes; es un parlamento de extensión superior a lo habitual en los diálogos, pronunciado en solitario o en presencia de otros personajes.
Acabado ejemplo es el de Segismundo en La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca.


5) TRAGEDIA

Expresa el enfrentamiento del héroe o personajes contra la adversidad o las normas establecidas y cuyo desenlace doloroso está signado por su derrota o destrucción.
Como ejemplo, puede leerse Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas.



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