lunes, 28 de septiembre de 2009

PAUSA FINAL O VERSAL. CESURA. OTRAS PAUSAS. ENCABALGAMIENTO. BRAQUISTIQUIO

PAUSA FINAL O VERSAL

En todos los casos, cada verso se separa mediante una pausa del que le sigue. Este intervalo de silencio, a veces brevísimo, no siempre coincide con el sentido; pero, de todos modos, la pausa final es indispensable, porque individualiza al verso como unidad de ritmo.

Estás flaco y pálido,
me haces padecer.
Cuando eras pequeño
daba gusto ver
tu cara redonda,
tu rosada tez…

El oído advierte claramente las pausas finales, unas más breves que otras, según sean meras divisiones rítmicas, o también de sentido. La puntuación indica, como en prosa, las pausas mayores.

Además, los versos de ARTE MAYOR, y especialmente a partir del endecasílabo, llevan pausas internas llamadas CESURAS.
La cesura divide al verso en partes que se denominan HEMISTIQUIOS.
Los hemistiquios son porciones rítmicas menores dentro de la unidad total de ritmo que es el verso:

Si aroma el aire / recogió en el suelo,
es el aroma / que le presta ella.

Estos endecasílabos de Espronceda están cortados por una breve pausa (la cesura) en dos hemistiquios, de cinco sílabas el primero y de seis el segundo.

En los versos que tienen un número par de sílabas, como los de doce o de catorce, la cesura suele caer justamente en la mitad, y los divide en dos hemistiquios iguales.

Naranjo en maceta / ¡qué triste es tu suerte,
medrosas tiritan / tus hojas menguadas!
(Antonio Machado)

Hallé sin duda largas / las noches de mis penas;
mas no me prometiste / tan sólo noches buenas…

Pero también es posible que la cesura no esté exactamente en el medio, con lo cual tales versos toman cierta variedad de ritmos. Son bastante frecuentes los dodecasílabos en que se hace la pausa después de la séptima sílaba:

Estas pobre canciones / que te consagro
en mi mente han nacido / por un milagro.

La cesura no es siempre una sola. Algunos versos tienen dos y aun más.

OTRAS PAUSAS.

Pausa estrófica.

Es la que se produce al final de cada estrofa, y que es obligada.

Pausa interna.

Es cualquier otra pausa que aparezca en el interior del verso y que no sea cesura. A diferencia de las anteriores, esta pausa no impide la sinalefa.

Tanto la cesura como las pausas internas no tienen por qué coincidir con los signos ortográficos (coma, punto y coma, punto, etc).

Se trata de dos tipos de pausa exigidos por el ritmo y por la estructura del verso, que habremos de aprender a distinguir y localizar guiados más por el oído que por la vista.

La red que rompo / y la prisión que muerdo,/
y el tirano rigor que adoro y toco,/
para mostrar mi pena / son muy poco, /
si por mi mal / de lo que fui me acuerdo./
(Francisco de Quevedo)




EL ENCABALGAMIENTO

Consiste en un desequilibrio entre la pausa versal y la sintaxis del verso, es decir, la pausa versal se reduce al mínimo porque la oración que comenzó en un verso continúa en el siguiente.
Este fenómeno recibe este nombre porque el sentido del verso cabalga sobre el verso que le sigue.
Así distinguimos entre verso encabalgante, que es aquel en el que se inicia, y el verso encabalgado, que es aquel donde termina.

El encabalgamiento puede clasificarse en:

1) SUAVE: se produce cuando el sintagma u oración afectado termina al final del siguiente verso, o continúa fluyendo sobre el encabalgado más allá de la quinta sílaba, es decir, cuando la pausa aparece después de dicha sílaba.


Del mayor infanzón de aquella pura
república de grandes hombres
era
una vaca sustento y armadura…
(Francisco de Quevedo)

2) ABRUPTO: el sintagma afectado termina en las primeras sílabas del siguiente verso.

Mas luego vuelve en sí el engañado
ánimo, y conociendo el desatino,
la rienda suelta largamente al lloro.
(Fray Luis de León)

3) LÉXICO: se produce cuando el verso parte una palabra.


Y mientras miserable-
mente
se están los otros abrasando
con sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
(Fray Luis de León)


EL BRAQUISTIQUIO

El braquistiquio o hemistiquio corto es la estructuración pausal más breve del verso castellano; no llega a cuatro sílabas.
Se trata de un corte o pausa breve que como tal ya supone el interés del poeta por poner alguna cosa de relieve.
El braquistiquio no implica necesariamente encabalgamiento (en algunos casos no se puede producir dentro de éste, dando lugar a lo que hemos denominado encabalgamiento abrupto), pero también puede darse de forma completamente autónoma, como en los siguientes ejemplos:

Las hojas que en las altas selvas vimos/
cayeron, / y nosotros a porfía/
en nuestro engaño inmóviles vivimos.
(Epístola moral a Fabio)

La mala yerba al trigo ahoga, / y nace/
en lugar suyo la infelice avena.
(Garcilaso de la Vega)

viernes, 25 de septiembre de 2009

CLASIFICACIÓN DE LOS VERSOS SEGÚN SU MEDIDA

Los versos de entre dos y ocho sílabas se llaman de ARTE MENOR y los de nueve en adelante de ARTE MAYOR.
Según su longitud, los versos reciben los siguientes nombres:

2 sílabas= bisílabo
Leve
breve
son.
(José Espronceda)

3 sílabas= trisílabo
Yo en una
doncella
mi estrella
miré.
(Rubén Darío)

4 sílabas= tetrasílabo
Los maderos
de San Juan
piden queso,
piden pan…

(José Asunción Silva)

5 sílabas= pentasílabo

Sobre la piedra
pulida y blanca,
corre y desciende,
si voz, el agua.
(Rafael A. Arrieta)

6 sílabas= hexasílabo
Frescos airecillos
que a la primavera
le tejéis guirnaldas
y esparcís violetas.
(Luis de Góngora)

7 sílabas= heptasílabo

La campiña ha salido
del aula del invierno
con el blanco cuaderno
de un almendro florido.
(Francisco L. Bernárdez)

8 sílabas= octosílabo

¿El alma de Oriente? … Cabe
toda ella entera en dos versos:
sobre el lago de la vida,
la niebla fugaz de un sueño.
(Eduardo Marquina)

9 sílabas= eneasílabo
Vieja ciudad de tosca piedra,
claro blasón de gestas rudas,
sin el asomo de una yedra
por tus almenas siempre mudas.

(Enrique de Mesa)

10 sílabas= decasílabo
He dormido esta noche en el monte
con el niño que cuida mis vacas.
En el valle tendió para ambos
el rapaz su raquítica manta…

(José M. Gabriel y Galán)

11 sílabas= endecasílabo
El verano mis sueños no madura,
la primavera el pulso no me apura.

(Alfonsina Storni)

12 sílabas= dodecasílabo
Estas pobres canciones que te consagro
en mi ser han nacido por un milagro.

(Federico Balart)

13 sílabas= tridecasílabo
¡Yo palpito tu gloria mirando sublime,
Noble autor de los vivos y varios colores!
¡Te saludo si puro matizas las flores!
¡Te saludo si esmaltas fulgente la mar!

(Gertrudis Gómez de Avellaneda)

14 sílabas= tetradecasílabo o alejandrino

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas,
y en cambio tuve algunas santamente serenas.

(Amado Nervo)

15 sílabas= pentadecasílabo
Las bellas mujeres aprestan coronas de flores
y bajo los pórticos vense sus rostros de rosa…

(Rubén Darío)

16 sílabas= hexadecasílabo u octonario

Decidido las montañas el resuelto tren perfora
el redoble acompasado de su marcha monofónica.

(Salvador Rueda)

17 sílabas= heptadecasílabo
Dios salve al rey del verso, que con su canto de bronce impera
y habla la fabulosa lengua del pájaro y de la fiera…

(José Santos Chocano)

18 sílabas= octodecasílabo
Bajo de las tumbas que recios azotan granizos y vientos,
sobre las montañas de cumbres altivas y toscos cimientos,
y en mares, y abismos, y rojos volcanes de luz que serpea,
feroz terremoto retiembla y se agita cual sorda marea.

(Salvador Rueda)

19 sílabas= eneadecasílabo
Los tristes gajos del sauce lloran temblando su inmortal rocío
como estrofas de Prudhomme lloran las ondas, cíngaras del río…

(Julio Herrera y Reissig)

Y así sucesivamente…

Entre todos, los versos más comunes son los de ocho, once, doce y catorce sílabas.

Los de seis, siete y diez se emplean menos; poco los de cuatro, cinco y nueve.

Los de trece, quince, dieciséis y más sílabas casi no se usan.


miércoles, 23 de septiembre de 2009

OTROS MODIFICADORES DEL VERSO: LOS METAPLASMOS



Consisten en una serie de supresiones o adiciones de sonidos en las palabras.

ELISIÓN: se trata de la supresión de una vocal final o grupo de vocales finales de una palabra situada ante otra que empieza por vocal. Si la vocal que se pierde es la de la segunda palabra, se denomina elisión inversa. Debe distinguirse claramente de la sinalefa, pues en ésta no se pierde el timbre de la vocal y en la elisión sí.
Este metaplasmo es común en italiano, y fue adoptado por algunos poetas del Renacimiento como Garcilaso y Fernando de Herrera.

A la vida y salud d’un tal amigo.

AFÉRESIS: es la supresión de sílaba a comienzo de palabra.

Ora por agora o ahora

SÍNCOPA: es la supresión de sílaba en centro de palabra.

Espirtu por espíritu
Vían por veían


APÓCOPE: es la supresión de sílaba a final de palabra.

Val por valle

PRÓTESIS: es la adición de sílaba a comienzo de palabra.

Amuestre por muestre

EPÉNTESIS: es la adición de sílaba en centro de palabra.

Ingalaterra por Inglaterra
Coronista por cronista


PARAGOGE: es la adición de sílaba al final de palabra.

Infelice por infeliz
Pece por pez

martes, 22 de septiembre de 2009

LICENCIAS MÉTRICAS O POÉTICAS: SINALEFA, HIATO, SINÉRESIS Y DIÉRESIS.

LA SINALEFA

Es la unión prosódica que se produce entre vocales inmediatas pertenecientes a distintas palabras; por ello es importante no confundirla con la diptongación, fenómeno que solamente implica a una sola palabra.
Por la sinalefa, en el discurso, los vocablos suman en conjunto menos sílabas que si se cuentan las que tiene cada uno de ellos separadamente.
En efecto:

Sobre_el potro rozagante  (Esteban Echeverría)

Si se cuentan por separado las sílabas de las palabras de este verso, ellas son nueve; pero al juntarse en una sílaba las vocales con que termina la voz «sobre» y con que empieza «el» (brel) el metro o medida se reduce a ocho.
La h, por ser letra sin sonido, no impide esta unión, a menos que vaya seguida de los diptongos «ia, ie, ui, ue»: En la / huerta nace la rosa.
La sinalefa puede verificarse incluso después de signos de puntuación, entonación e incluso de la raya, signo auxiliar usado en el  diálogo:

Mi_hermana, la más grande,_está crecida  (A. Storni)
No_os dejéis lisonjear  (Góngora)
No_irás tú_a la amiga  (Góngora)
Y_el amor no_está_insomne ni dormido  (Benedetti)
… momentáneas, en ti_aprendo  (Alberti)
Estabas tú_en el humo  (Javier Egea)
Volveré_a tu medida,_has de besarme  (C. Vallejo)
Y_en la bruma_hay rostros desconocidos  (JM Eguren)
Que_ella cantaba siempre_a media voz  (Ricardo Gil)
Que_era_alondra de luz por la mañana  (Rubén Darío)
Y guardo silencio, pensando: –En la tierra  (Rosalía de Castro)
La fuente dice: –Escucha mi lamento  (M. González Prada)


Las sinalefas que unen sólo dos vocales, se llaman BINARIAS y representan las más sencillas; si enlazan más de dos, se denominan COMPLEJAS.


SINALEFA TERNARIA

Es la que une tres vocales: aei, aeu, aoi, aou, aae, aau,iea, ioa, iaa, ioo, uea, uoa, uaa, ioe, ioi, eau, oai, iei, uau, iai, uou, ueu, ieu, uoi, uai, etc.

Llegué_a _un alto, finalmente  (Estanislao del Campo)

Adviértase que en esta sinalefa (éau), a pesar de que en lo escrito la vocal «é» aparece en «gué», la «u» es muda. Como para la versificación se toma en cuenta lo fonético, no lo ortográfico, las vocales que allí se unen son, en consecuencia, las tres que suenan.

Otros ejemplos:

Resbalar por su faz sintió_el aliento (Espronceda)
¡Con qué silencio_y majestad caminas…  (Manuel Acuña)
Donde_hay agravios no_hay celos  (Rojas Zorrilla)

De acuerdo a las conclusiones extraídas de la «Prosodia castellana y versificación», de Eduardo Benot, los elementos de la sinalefa ternaria pueden o no, estar acentuados; lo que, en el caso afirmativo, aumenta considerablemente el número de las combinaciones posibles.
En efecto:
1) Cabe que no haya acento en ninguna de las vocales de la sinalefa ternaria.
2) Cabe acento en el primer elemento ternario:
Amé_a_Estrella  (Lope de Vega)

3) Cabe acento en el elemento central del grupo vocálico:
Dice que fue_atrocidad   (Lope de Vega)
Que no_ha_encontrado remedio  (Lope de Vega)

4) Cabe acento en el elemento final:
¿Podrá más que mi rabia?_Hola, soldados  (Jovellanos)

5) Cabe, en fin, que se encuentren acentuados dos de los elementos de la sinalefa ternaria:
¿Dio_él la causa? – No la dio  (Lope de Vega)



SINALEFA CUATERNARIA

La conformada por los grupos vocálicos ioae, uoau, ioau, uaei, oaeu, ioai, etc.

El odio_a_un tiempo y_el amor unirse (Manuel J. Quintana)
El sabio_augur de todos el primero (Hermosilla)
Del Nilo_a_Eufrates fértil e Istro frío  (Herrera)
Del Quinto Carlos el palacio_augusto  (Martínez de la Rosa)
Estos Fabio,_¡ay dolor! que ves ahora (Rodrigo Caro)



SINALEFA QUINARIA

Cuando agrupa cinco vocales: ioaeu, ueaeu, ieaeu, ioaeu, etc.

Volvió_a_Eurídice el mísero los ojos (Bello)
Fue_a_Europa asombro de Bailén el triunfo.
Y vio_a_Europa a sus pies, mas no vio a Iberia.



La SINALEFA DE SEIS VOCALES, ya es muy forzada y dura:

Y el móvil ácueo_a_Europa se encamina (Correo de Buenos Aires)


NOTAS:

1) En toda sinalefa compleja es indispensable que en el centro del grupo vayan vocales fuertes; las débiles sólo pueden ir en los extremos. Si sucede que la «u», y especialmente la «i», ocupan el centro, no hay sinalefa.

Sí     iao, eai, eau, uoi, ioae, ioau, ioaeu, uaei, uoau, etc.

No aia, aie, euo, ouo, eie, eue, oie, oia, oaia, aiue, uaiai, etc.


2) No forman sinalefa los grupos uia, uie, eui, iui: Fui a Lima; así huirán, etc.

3) Tampoco forman sinalefa las vocales «e, i, o» y «u» cuando cumplen funciones de conjunción:

Eterno e inmortal.
Alegre o enojado.
Calle y escuche.
Uno u otro.

Estas conjunciones se unen por lo general a la vocal que sigue, pero únicamente se unen a la anterior cuando la letra que sigue no es vocal:

Casa_y huerta.



EL HIATO, DIALEFA O AZEUXIS

Consiste en separar –en vez de unir– las vocales concurrentes de distintas palabras. El hiato constituye un choque de vocales que a veces se produce naturalmente, y otras se origina de manera artificiosa por la necesidad de darle al verso una sílaba más.
Por lo común, si las vocales concurrentes son inacentuadas, la sinalefa es obligatoria; pero cuando la segunda vocal es distinta de la primera y tiene acento es preferible, y en ciertos casos indispensable, el hiato.

No le digáis, por piedad,
que su / hijo ya no existe. =8 sílabas  (Vicente Camacho)

Aquí, en el segundo verso, en lugar de sinalefa, hay hiato entre  la «u» y la «hi».

Como /hubo el conde Arnaldos  (Romancero)
Helo, /helo por do viene  (Romancero)


Lo mismo sucede cuando ambas vocales son acentuadas, homólogas o no:

Y me quedé /hecho el rey del olvido  (JR Jiménez)


Sin embargo, Eduardo Benot señala que solamente por excepción, cuando a la segunda vocal acentuada precede alguna voz de acento flojo, monosílabo átono o la partícula negativa «no», suele evitarse el hiato.

Desde que te_he visto (G. Mistral)
De_astas y rotas armas mal sembrada (Herrera)
Canta, pues, oh poeta, canta, que no_eres menos (R. de Castro)
Nuestra_alma melancólica en conserva (C.Vallejo)
No_es fulgor, no_es ardor, y no_es altor (JR Jiménez)
La_oigo dulce resonar (Bécquer)
Que se_alza el cuello del abrigo (Dulce M. Loynaz)
El paisaje se_hincha de riquezas (V. Huidobro)
«El boletín –famoso– de_última hora» (E. Carriego)
Que_ella cantaba siempre a media voz (Ricardo Gil)


Cuando la vocal que precede no pertenece a una voz sin acento o que teniéndolo, lo tiene tan endeble que puesta en una frase debe considerársela como desprovista enteramente de él, el verso resulta bastante áspero:

Tan duro_ánimo en pecho tan hermoso (Hurtado de Mendoza)

Es esta una modalidad en la que a veces se cae cuando priman las necesidades métricas o rítmicas; pero es preferible evitarla.
El hiato no es siempre tolerable al oído; por el contrario, a veces resulta francamente cacofónico. En este último caso es un defecto en el cual incurren, en ocasiones, hasta buenos poetas. La lectura, mejor que la teoría, permitirá discernir estos matices.


Para la mejor comprensión de sinalefa e hiato, se adjunta aquí el siguiente esquema consignado por Enrique Santamaría Busto en su estudio sobre «El fenómeno de la sinalefa»:

1) Vocal átona + Vocal átona (–OO–)
Mismas vocales: Estuve_en Madrid (Sinalefa)
Distintas vocales: La_escuela (Sinalefa)

2) Vocal tónica + Vocal átona (–ÓO–)
Mismas vocales: Encontré_el libro (Sinalefa)
Distintas vocales: Encontré_a Juan (Sinalefa)

3) Vocal átona + Vocal tónica (–OÓ–)
Mismas vocales: Enamorado de_ella (Sinalefa)
Distintas vocales: La / isla (Hiato)

4) Vocal tónica + Vocal tónica (–ÓÓ–)
Mismas vocales: Va / Ana (Hiato)
Distintas vocales: Encontré / álgidos (Hiato)


LOS ACENTOS RÍTMICOS EN LA SINALEFA

Como ya hemos visto, la sinalefa es la unión prosódica que se produce entre vocales inmediatas pertenecientes a distintas palabras.
Ahora veremos la influencia que ejerce la realización rítmica de un verso sobre esta figura fonética, especialmente en el aspecto de su no concreción.

1) Cuando en el verso interviene la cesura:

Sabido es que a partir de los dodecasílabos los versos reciben el nombre de compuestos porque tienden a dividirse en hemistiquios, los cuales pueden contener igual cantidad de sílabas o bien ser diferentes.
Por ejemplo en el antiguo romancero, cuyos versos de dieciséis sílabas contaban con hemistiquios octosílabos, la cesura se encontraba entre las sílabas ocho y nueve.

Irme quiero a tornar moro / allende la morería;

Aquí la cesura impide que la sinalefa natural entre «moro» y «allende» pueda ejecutarse, pues si no interviniera el verso tendría quince sílabas, y no las dieciséis que le corresponden.


2) Cuando interviene el acento estrófico del verso

Tomás Navarro Tomás, en su «Manual de Pronunciación Española», señala que vocales diferentes, con acento, entre palabras enlazadas, se reducen de ordinario a una sola sílaba:

Un hombre_entró_embozado_hasta los ojos = 11 sílabas

Sin embargo, observa que no tiene lugar, de ordinario, esta reducción, cuando se habla lenta o enfáticamente, ni cuando el acento que llevan las vocales enlazadas es el último del verso, es decir, la penúltima sílaba métrica.

Detenida_en el polvo de la / hoja = 11 sílabas

En este verso vemos la no sinalefa con la sílaba que lleva el acento estrófico.


También Navarro Tomás, en la misma obra, señala que vocales iguales, con acento, entre palabras diferentes, se hace sinalefa:

Y_en ti miré_el emblema de mi vida = 11 sílabas

Esta reducción, sin embargo, no suele verificarse cuando se pronuncia con lentitud o con afectación, ni tampoco en el verso cuando sobre algunas de las expresadas vocales cae un acento principal de carácter rítmico o enfático:

Y_era llorar tu / único destino = 11 sílabas

La no sinalefa con la sílaba 6° de un verso endecasílabo.

En este verso, aun cuando la sinalefa sea legítima, el hiato es preferible, pues bajo la influencia del ritmo suele adquirir singulares condiciones de eufonía.
En consecuencia, debe evitarse hacer sinalefa en las posiciones donde los acentos rítmicos actúan como ejes de ordenación vertical, especialmente en la penúltima sílaba de un verso.


Anteriormente, y entre otros, Eduardo Benot, en su «Prosodia castellana y versificación», ya daba cuenta de la inconveniencia de las sinalefas en las «sílabas constituyentes» (acentos rítmicos):

En 4° posición:

Que para / algo Dios nos hecha al mundo
Y puro / es si criminal se ostenta
Y cuando / ella con amor le mira
Estas y / otras reflexiones rudas

En 6° posición:

Así en su propia / alma su consuelo
Manos, pues, a la / obra, y despachar
Raya en sesenta / años, y cincuenta
Corazón toda / ella, y alma y vida

En 8° posición:

Chupa y empuja con la / uña el fuego
Basta saber que nuestro / héroe existe



Asimismo Rafael de Balbín, en su «Sistema de rítmica castellana» señala que la sinalefa… «Sólo deja de producirse por la presencia del acento rítmico en alguna de las vocales contiguas»


En los ejemplos dados hemos visto que en el endecasílabo, además del acento estrófico, la sinalefa no puede darse en las sílabas cuarta, sexta u octava cuando dichas posiciones establecen su ritmo. Lo mismo puede decirse cuando esté acentuado en 4° y 7° sílabas (ritmo dactílico) o en 5° (galaico antiguo).
Ahora, esta consideración puede ser aplicada, de forma aconsejable, en otros versos (de arte menor o mayor) donde es determinante la acentuación que presenten. 
Son contadas las oportunidades en que esta situación pueda aparecer, pero ante la duda, siempre es deseable buscar otra palabra para evitar la contrariedad.


LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN EN LA SINALEFA

Actualmente puede verse en varias páginas de la web, en su tratamiento de la sinalefa y del hiato, lo siguiente:

Hiato: Es el efecto completamente contrario a lo dicho por la sinalefa. La causa de que se produzca el hiato o de que no se pueda dar la sinalefa, suele ser porque una de las dos vocales que intervienen lleven acento prosódico, o que medie entre ellas una coma, un punto y coma, punto y seguido, puntos suspensivos, o por coincidir ahí la cesura de un verso compuesto.

Esta información, recogida textualmente por esas páginas, no suministra más detalles ni da cuenta de su fuente, ni siquiera del gramático o tratadista que efectúa tal enunciado.
Amén de cierto parecido con la definición que Antonio Quilis da en su «Métrica española» sobre el hiato…
«Es el fenómeno contrario a la sinalefa: la vocal de una palabra y la primera de la siguiente se mantienen como sílabas diferentes. La causa de que se produzca el hiato (o de que no se dé la sinalefa) suele ser la acentuación de una de las dos vocales (la sinalefa con una vocal acentuada resulta violenta), la cesura en un verso compuesto o el énfasis. », es de notar que no pocas personas están de acuerdo con el hiato que precisaría, por ejemplo, el uso de la coma.
Es sabido que la sinalefa es un fenómeno que se basa en criterios fonéticos y no de escritura, por ende, ni la coma ni ningún otro signo determinante de pausas impide que se realice…
Empero ello, es destacable el siguiente comentario efectuado por Eduardo Benot, filólogo, lingüista y lexicógrafo español que más tiempo y estudio le dedicó a la sinalefa:

«No condeno, no, en general, la fusión de vocales por sinalefas en el tiempo de una sílaba cuando una pausa pequeña se interpone entre las vocales sinalefables:

Virgen del mundo,_América inocente (Quintana)

pero, en particular, juzgo que debería evitarse cuando la pausa es prolongada o cuando el sentido exige punto final muy decidido, o bien cuando entre dos actores haya de completarse la sinalefa. Sólo por excepción (y tal vez como licencia), me parece que pudiera tolerarse el uso actual…»


Hacia el pecho con la diestra
trajo el torcido nervio. Y cuando tuvo (Punto final intermedio)
Hermosilla

–Dadme una seña. –Esta mano (Raya de diálogo entre actores)
Tirso

¡Qué desengaño!... ¡Y qué tarde   (Puntos suspensivos)
viene…    
Moratín                   


Esta opinión puede contrariar lo preceptuado sobre la sinalefa, es cierto; pero es la opinión de un experto y, por ende, nada desdeñable.




SINÉRESIS

Consiste en unir en una sola sílaba dos vocales de una misma palabra, que naturalmente no forman diptongo. Es ésta una licencia poética porque diptongar artificiosamente vocales es sólo admisible en el verso para disminuir una sílaba, de ser esto necesario.


La egregia sombra del creador de un mundo = 11 sílabas  (Francisco Pardo)
Que en tierra teme que caerá la vida = 11 sílabas (Quevedo)
Trenza, veleta, poesía = 8 sílabas (D. Alonso)
De nocturno Faetón carroza ardiente = 11 sílabas (Góngora)



Benot señala que esta licencia es lícitamente factible cuando ninguna de las vocales involucradas está acentuada (Faetón, traerá, ahorrar, zahorí, teatral, núcleo, Jehová, coalición, héroe, poesía, etc.) o, si teniendo acento, éste recae en la primera de ellas en los grupos ao, ae y oe: caos, trae, roe, etc.
Pero no lo será cuando en los grupos oa, ea y eo lleve acento la primera vocal (loa, crea, feo, etc.), ni cuando de dos absorbentes caiga por naturaleza el acento en la segunda, o haya de ir a la segunda vocal, por ser la preponderante: croaba, poeta, teatro, ahogo, real, león, loable, etc.
En los grupos de vocales iguales (aa, ee y oo) la sinéresis se da tanto si las vocales son inacentuadas ambas (Saavedra, vehemente, dándoos, etc.) o, si teniendo acento, éste recae en la primera de ellas (cree, lee, etc.); pero no cuando la segunda lo esté: albahaca, azahar, creer, loor, leer, etc.



DIÉRESIS

Es una licencia opuesta a la sinéresis y su efecto es también contrario: alarga el verso en una sílaba. Consiste en pronunciar separadas las vocales de un diptongo, las que no deben separarse en la pronunciación normal.

En el hondo placer que la embrïaga = 11 sílabas  (José Selgas)

En este ejemplo, el segundo verso debe pronunciarse em–bri–a–ga, en vez del natural em–bria–ga.


Con sed insacïable = 7 sílabas (Fray Luis de León)
Mas no amo los afeites / de la actüal cosmética = 14 sílabas (A. Machado)
Del Tormes cuya voz armonïosa = 11 sílabas (F. de Moratín)
Temer rüina o recelar fracaso = 11 sílabas (Góngora)


En la escritura de los versos, esta licencia se indica con el signo del mismo nombre: la diéresis o crema ( ¨ ).
No debe confundirse con las palabras conformadas por los grupos «güe, güi», donde la vocal «u» lleva diéresis a los efectos de su pronunciación: bilingüe, pingüino, etc., palabras que silábicamente se separan «bi–lin–güe», «pin–güi–no» y no «bi–lin–gü–e», ni « pin–gü–i–no».