miércoles, 16 de febrero de 2011

LA LIRA AYACUCHANA


Esta variante de la poesía clásica fue creada por el poeta peruano Juan José Cautivo en febrero de 2011. En su nombre rinde homenaje a las personas que dieron su vida inocente en la lucha contra el terrorismo en su país y en el mundo.

Su estructuración versal y rimática es la siguiente: A14-b7-C11-A14 (u 11) o a7-C11-b7-A14

Con respecto al 4º verso, queda a criterio del poeta la medida a utilizar, pero teniendo en cuenta que dicho verso actúa como eje o bisagra de la estrofa.


Acentos en la 6ta sílaba en todos los versos.
Estrambote: 3 versos 7,11,11 rima monorrímica. (opcional)





¡AYÚDAME!
Liras Ayacuchanas con estrambote

Ayúdame a vivir en esta diaria muerte
donde crujen las hojas,
aquí donde los días se destrozan
con las horas halladas en mi suerte,
ayúdame a extrañar donde nos rozan
los recuerdos que antojas,
ayúdame Amor Mío de nuevo a conocerte...

Ayúdame sin darme los presagios callados,
esos que duelen tardes,
de aquellas tardes solas, corroídas
por los sueños quebrados
y lágrimas de ansias escondidas,
ayúdame si ardes
en mis nadas, ayúdame a vivir en tus lados...

¡Si grito!... En esta ayuda piadosa y sin olvido
es porque te presiento,
ayúdame a poder cerrar la noche
con tus ojos crispados en la orilla del nido,
ayúdame te ruego y al derroche
de nuestro sentimiento...
a amar como jamás en vida... ¡Haya podido!...

Ayúdame a verter
la ignonimia sembrada de un querer,
ayúdame de nuevo en mi nacer...



ME HABÍA OLVIDADO
Liras Ayacuchanas con estrambote

Hoy me había olvidado estallar de penumbra,
de una caricia cierta
y por supuesto había ya olvidado
que las rosas son rojas, donde tranquila encumbra
una sangre estrujada que ha quedado
tatuada tras la puerta,
pues había olvidado hasta... si algo me alumbra...

¿Sabes querida mía que me había olvidado?
Darte aquellos instantes,
donde tu risa triste no existía,
donde los dos perdimos lo abrazado
mientras todo era paz en nuestro día,
donde eramos amantes
por las horas azules, de un trino enamorado...

¡Si vieras qué he olvidado al caminar la vida!
Olvidé respirar
tu cuello, tu latido, tu mirada,
lo olvidé en la vencida...
¡No!... No hay ningún perdón de madrugada
ni siquiera olvidar...
que me he olvidado darte... hasta mi alma caída...

Me había ya olvidado
que eres la otra mitad do había amado
esos días de hambre... en lo apretado...