Presentadas el 16 de junio de 2014 por el poeta Maese Plumilla (1) en el Portal Literario Mundopoesía, no difieren mucho de las cuartetas conocidas como concatenadas, enlazadas, etc., sólo que su detalle está dado por la disposición de sus rimas y la forma en que se «engarzan».
Respecto de una estrofa a la siguiente, dicho engarce se desarrolla así:
El verso 1º deviene 2º
El verso 2º deviene 3º
El verso 3º deviene 1º
Esquemáticamente: abcb-caba-bcac-abcb, etc., donde puede verse que el cuarto verso en todas las estrofas rima con el segundo.
Ahora, además de ser una composición trísona, la cuarta estrofa reitera la primera disposición de rimas; por ende, el poeta que las use podrá usar cuantas estrofas considere necesarias, pero como mínimo sólo las tres combinaciones iniciales.
Tu mal talante
En las cosas del amor
no me considero Dante,
pero quisiera entender
al menos tu mal talante.
Cuando me miras, mujer,
veo en tus ojos ardor
que parezco estar delante
de la diosa del furor.
¡Qué diferencia tajante
tienes con tu hermana Ester
cuya sonrisa es fulgor
del día al anochecer!
No tienes el seductor
miramiento penetrante
que hechiza a más no poder
de tu prima la estudiante.
Menos aún, a mi ver,
el equilibrio interior
de tu amiga la viajante
cuya faz es un primor.
No me considero Dante
en las cosas del querer,
pero al menos, por favor,
¡dime qué tienes, mujer!
Es tu silencio peor
que la daga más cortante
que me muero por saber
¡a qué viene ese talante!
Por culpa de Cupido
01/07/2014
A hurtas y en voz supresa
me hirió el niño flechador
que viendo a cualquier mujer
¡me vuelvo loco de amor!
Apenas amanecer
me pone inquieto Teresa,
hija del repartidor
de la información impresa.
Mas parece superior
lo que siento por Ester,
cuyo talle de tigresa
quiero en mis manos tener.
Pero tamaña sorpresa
cuando me llega el olor
del perfume que soler
tiene Diana, ¡pura flor!
Cual pasando sin querer
a zancadas atraviesa
por enfrente, con vigor
y aires de gran baronesa.
Qué tremendo es el amor
que me tiene a maltraer,
llevar la flecha me pesa
¡no la puedo remover!
Y si veo a mi princesa
me punza el pecho un dolor,
¡es la que quiero querer,
darle de mí lo mejor!
Me siento a más no poder
como quien no se confiesa,
¡lo mismo que pecador
que de pecar nunca cesa!
Por Cupido flechador
ya no sé ni lo que hacer,
que si el pecado me apresa
¡es por su culpa a mi ver!
¡Si cuenta os dieséis!
04/07/2014
No os dais cuenta, mi señora,
cuando me veis en el día
que me muero por seguiros
y cataros cortesía.
No curáis que quiero asiros
vuestro talle que enamora
aunque fuera una osadía
que por dentro me acalora.
No sabéis que pierdo vía
o me quedo dando giros
si os marcháis alguna hora
y os lleváis vuestros respiros.
Sois mi estrella orientadora,
fuente de luz que me guía,
causa sois de mis suspiros,
¿cómo ignoráis todavía?
Por ojos tenéis zafiros
de lucencia cegadora,
tanto es así, dueña mía,
¡que las palabras me atora!
(1) Alias usado por Luis Estoico en este Foro.
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