miércoles, 12 de febrero de 2014

LOS AUDACES DEL SONETO

Como se sabe, el esquema clásico del soneto consta de dos cuartetos y dos tercetos. La disposición de las rimas de los cuartetos puede ser simple o abrazada (ABBA–ABBA) o bien oblicua o terciada (ABAB–ABAB), forma ésta última que se corresponde con el «strambotto» originario del soneto.
En cuanto a los tercetos, su forma puede asumir varias combinaciones: CDC–DCD, CDE–CDE, CDE–DCE, CDE–DEC, etc.
Sin embargo y a través de todos los tiempos, este esquema del soneto sufrió por parte de los poetas diversos cambios que pretendían desestructurarlo o, en todo caso,  volverlo una forma más asequible y maleable; innovaciones que volvieron al soneto bastante informal, con variaciones rimáticas y métricas en sus estrofas que incluso produjeron otras modalidades del soneto.
Estas «audacias» en algunos casos no pasaron a mayores, pero en otros se convirtieron en válidas expresiones poéticas merced al estilo y elegancia de sus autores, entre los cuales se cuentan poetas que hoy son grandes referentes de la literatura universal.
Repasando el apartado «EL SONETO» en este mismo blog, comprobarán que entre los ingleses se constituyó en tres cuartetos seguidos de un pareado final, donde se incluye una tercera rima en el segundo cuarteto o bien rimas distintas del primero: ABBA–ACCA (Wyatt), ABAB–CDCD (Shakespeare), ABAB–BCBC (Spenser), ABBA–CDDC (Bowles), etc.
Entre los franceses Ronsard propuso el esquema ABAB–CDDC para los cuartetos, mientras que los parnasianos optaron por ABBA–CDDC, forma que ensayó Charles Baudelaire quien, además, utilizó las siguientes: ABAB–CDCD, ABBA–CDCD, etc.
De aquí en adelante nos detendremos solamente en algunas de esas «audacias» a fin de no hacer demasiado extenso el presente trabajo.

1) Sonetos al «hispánico modo».

Es sabido que fue Don Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana (1398–1458) quien con su obra «Sonetos fechos al itálico modo» introdujo el soneto en España.
Si bien esta obra recibió críticas diversas a lo largo del tiempo, también es cierto que a pesar de seguir el molde petrarquista, pareciera que Santillana quiso «castellanizar» su esquema. De los cuarenta y dos sonetos que conforman la obra, nueve se estructuran de manera diferente: sus cuartetos desarrollan las fórmulas ABBA–ACCA y ABAB–BCCB.
Como puede observarse, con la introducción de una tercera rima en el segundo cuarteto se adelanta a quienes la propiciarían mucho tiempo después.
Pero, ¿por qué estas fórmulas?
Durante la época de Santillana era muy cultivada la forma poética que se conoce como Copla de arte mayor o Copla de Juan de Mena, una octava que el propio marqués solía utilizar a menudo.
Su estructura era ABBAACCA y más raramente ABABBCCB en versos dodecasílabos divididos en dos hemistiquios de seis sílabas; estructura que Don Iñigo acomodó a las necesidades del soneto: dos cuartetos y versos endecasílabos.
He aquí los ejemplos:


Soneto IX: ABBA ACCA DED EDE

Non es el rayo de Febo luciente,                    
nin los filos de Arabia más fermosos            
que los vuestros cabellos luminosos,           
nin gema de topaza tan fulgente.                   

Eran ligados de un verdor placiente             
e flores de jazmín que los ornaba,                  
e su perfecta belleza mostraba           
cual viva flama o estrella d'Oriente.              

Loó mi lengua, maguer sea indigna,              
aquel buen punto que primero vi                  
la vuestra imagen e forma divina,                  

tal como perla e claro rubí,                  
e vuestra vista társica e benigna,                   
a cuyo esguarde e merced me di.


Soneto XVIII: ABBA ACCA DEF DEF

Oíd, ¿qué diré de ti, triste hemisferio?,                    
¡o patria mía!, ca veo del todo              
ir todas cosas ultra el recto modo,                
donde se espera inmenso lacerio.                  

Tu gloria e laude tornó vituperio                   
e la tu clara fama en escureza.            
Por cierto, España, muerta es tu nobleza,              
e tus loores tornados hacerio.             

¿Dó es la fe? ¿Dó es la caridad?            
¿Dó la esperanza? Ca por cierto ausentes               
son de las tus regiones e partidas.                 

¿Dó es justicia, temperanza, egualdad,                    
prudencia e fortaleza? ¿Son presentes?                   
Por cierto non, que lejos son füidas.


Soneto XII:  ABAB BCCB DED EDE

Timbre de amor, con el cual combate,                     
cativa e prende toda gente humana;             
del ánimo gentil derrero mate,            
e de las más fermosas soberana.                     

De la famosa rueda tan cercana                      
non fue por su belleza Virginea,                     
nin fizo Dido, nin Dampne Penea,                 
de quien Ovidio grand loor esplana.             

Templo emicante donde la cordura              
es adorada, e honesta destreza,           
silla e reposo de la fermosura,             

coro placiente do virtud se reza;                   
válgame, deesa, tu mesura,                   
e non me judgues contra gentileza.


Soneto XXX: ABAB BCCB DEF DEF

Venció Aníbal al conflicto de Canas             
e non dubdaba Livio, si quisiera,                    
qu'en pocos días o pocas semanas                
a Roma con Italia poseyera.                 

Por cierto al universo la manera                     
plugo, e se goza en grand cantidad               
de vuestra tan bien fecha libertad                 
onde la Astrea dominar espera.                       

La gracïa leemos sea dada                    
a muchos, e a pocos la perseveranza,           
pues de los raros sed vos, rey prudente;                 

e non vos canse tan viril jornada,                   
mas conseguidla toliendo tardanza               
cuanto es loable, bueno e diligente.



2) Cuartetos con A y B como únicas rimas y sus variedades.

Dejando de lado las combinaciones abrazada y oblicua mencionadas al comienzo para los dos cuartetos clásicos del soneto, hubo poetas que alteraron el orden en que se hallaban dispuestas las rimas y propiciaron otras disposiciones para cada cuarteto:

Abrazada–abrazada (ABBA–BAAB)
Abrazada–oblicua  (ABBA–BABA)
Oblicua–abrazada  (ABAB–BAAB; ABAB–ABBA)


La disposición ABBA–BABA tuvo escasas manifestaciones; de hecho, y entre los pocos nombres que se pueden citar bastan los de Rubén Darío y Herrera y Reissig, poetas que asimismo frecuentaron la disposición ABAB–ABBA, donde puede agregarse el nombre de Baldomero Fernández Moreno entre sus también exiguos cultivadores.


Rubén Darío
«A Rubencito, III»: ABBA BABA CCC DCD

Puesto que tú me dices que eres mi hijo, ¡hijo mío!,
y tienes fe en mis lirios y confianza en mis rosas,
voy a confiarte ideas, voy a decirte cosas,
y amaras grandemente a tu Rubén Darío.

Tú comprendes mis versos e interpretas mis prosas,
y las aguas que corren en mi profundo río,
y, así, cuando te hable de las Musas hermosas,
séme profundamente y eternamente mío.

Algo de la ilusión, algo del pensamiento,
algo del corazón, algo del sentimiento,
de las cosas que son, de las cosas que siento,

lo que he visto en la tierra, lo que oí en el mar,
lo que puedo ofrecer, lo que brinde mi aliento
y lo que en mi palabra te pueda yo ofrendar.


Julio Herrera y Reissig
«Génesis»: ABBA BABA CDC EDE

Los astros tienen las mejillas tiernas…
La Luna trunca es una paradoja
espectro–humana. Proserpina arroja
su sangre al mar. Las horas son eternas.

Júpiter en la orgía desenoja
su ceño absurdo; y junto a las cisternas,
las Ménades, al son que las sonroja,
arman la columnata de sus piernas.

Juno duerme cien noches… Vorazmente,
Hércules niño, con precoz desvelo,
en un lúbrico rapto de serpiente,

le muerde el seno. Brama el Helesponto…
Surge un lampo de leche. Y en el cielo
la Vía Láctea escintiló de pronto.


Rubén Darío
«A Fabio Fiallo»: ABAB ABBA CDC DCD

Lo que habla en el silencio de mi vida
de voz, canción, llamada, trino o queja,
no lo oirá ya Desdémona dormida,
porque ya el ruiseñor no está en la reja;

la esencia de la sangre de mi herida,
el misterio profundo de mi queja,
y lo que puso en mi panal la abeja,
mientras parió la leona en su guarida;

todo lo que hay en mí de complicado,
de pecador sutil o de perverso,
vino de amor o extracto de pecado,

abarcando en mi afán el universo,
todo eso lo he exprimido, y lo he brindado
en sacrificio, inspiración y verso.


Baldomero Fernández Moreno
«Carlos de Soussens»: ABAB ABBA CCD EED

No habíamos hablado dos veces en la vida.
La noche que supimos la muerte de Darío
te encontré en el café de Perú y Avenida
y esa noche rodó tu llanto con el mío.

Y caminamos juntos por la ciudad dormida,
bajo el cielo de estrellas calientes del estío.
Ya venía la luz por el lado del rio
cuando te dejé solo en la hora perdida.

Despertaba en carritos el alba bulliciosa
y el fondo de la calle era un telón de rosa.
Me volví para verte, deja que lo recuerde:

los pantalones flojos, las piernas vacilantes,
y en las manos nerviosas el bastón y los guantes.
El sol manchaba de oro tu viejo chaqué verde.



El poeta francés Félix Anvers en su «Sonnet» utiliza la disposición ABAB–BAAB, esquema que recogerían, entre otros, Leopoldo Díaz, Enrique Banchs, Guillermo Saraví y Roberto Ledesma.


Guillermo Saraví
«Lienzo litúrgico»: ABAB BAAB CCD EDE

Amo tu cabellera perfumada,
de brisa y llena de nocturno cielo,
cuando se inmoviliza en la almohada
como si fuera un negro terciopelo.

Viene a poner en ella mi desvelo
su lánguida caricia fatigada…
Si yo llego a caer en la jornada
ya tienes un crespón para tu duelo.

Deja que mientras duermes yo la bese
con esa enorme devoción, con ese
fervor con que pudiera un moribundo

–agrandando la boca de su herida–
rendir la frente en el umbral del mundo
para besar la sombra de la Vida.


Roberto Ledesma
«Cierto aire, cierta luz»: ABAB BAAB CCD EDE

Pienso en todas la veces que he amado,
y, en vez de un rostro de mujer, evoco
cierto aire, cierta luz que no he soñado,
y que si existen no lo sé tampoco.

Tal vez el corazón estaba loco,
y lo de entonces se le habrá olvidado;
alguien, esto es verdad, iba a mi lado,
y todo lo demás era muy poco.

O era la misma cosa indefinida,
cierta luz, cierto aire que se olvida;
eso que ahora llamo y no responde.

Dos sombras que se iban agrandando
sobre una senda de quién sabe dónde,
en otro tiempo, no me acuerdo cuándo.



Pero la disposición más fructífera fue ABBA–BAAB, que fuera empleada entre los franceses por Verlaine (v. gr: «Lassitude») y Rimbaud (v. gr: «Voyelles»), y luego retomada por Rubén Darío, Amado Nervo, Leopoldo Lugones, José de Diego, Leopoldo Díaz, Herrera y Reissig, Manuel Beingolea, V. Martínez Cuitiño, Enrique Banchs, Enrique Loudet, León de Greiff, Roberto Ledesma, José Portogalo, Luis Adolfo Gómez Larcebó y Gastón Figueira, entre otros.


José de Diego
«A una coqueta»: ABBA BAAB CDC DCD

Una leyenda, tu azarosa vida;
tu espíritu voluble, una dolora;
tu boca un madrigal es que atesora
la dulzura en sus frases escondida.

Es de tu frente la risueña aurora
idilio tierno que al amor convida
y en tu faz palpitante y encendida
una égloga de flores puso Flora.

De una armonía celestial emblema,
tienen tus ojos la cantante llama
que alumbre y da la inspiración suprema.

¡Y todo en ti es poesía y todo ama!
¡Y no eres un magnifico poema
porque eres un magnifico epigrama!


Julio Herrera y Reissig
«Ex–voto»: ABBA BAAB CDC DCD

Cantaban los estanques de agua ciega,
al mismo tiempo que quintaesenciara
tu amor, como una ambigua dulcamara
de miel y duda, en la armoniosa vega.

El bosque olía a mirras como un ara...;
Y los tritones de la fuente griega
soplaban en su trompa solariega,
alucinados por la ninfa clara.

Me arrodillé!... Y apenas a la infija
opalescencia, junto al sicomoro,
se abrió tu mano de musmé prolija,

—te di, bajo el crepúsculo sonoro,
sobre el áspid sutil de una sortija,
mi alma en una lágrima de oro!...



3) Cuartetos ABCD–ABCD

Ernest Hatch Wilkins, en su libro “The Invention of the Sonnet, and Other Studies in Italian Literature” señala lo siguiente:

«A related scheme for pedes of four lines, ABCD ABCD, appears in three canzoni, one of which is attributed to the Emperor Frederick or his son King Frederick , and another to King Enzo. This scheme appears in sixteen of the German poems, but in only two of the Provençal poems in question».

Como puede observarse la fórmula ABCD–ABCD es de antigua data, fórmula que aplicaría a partir de 1833 Sir Edgerton Brydges en varios de sus sonetos.

1833 – «Sonnet»: ABCD ABCD EFE FGG

Years pass away; the worthy die, and leave
No successors their virtues to replace:
We win our way by trouble and by care;
Yet when 'tis past, it seems an arrow's flight.

For friends departed we are left to grieve,
And would again the course they ran, retrace;
For much that once was rugged, now seems fair
When memory clothes it with a soften'd light.

We cannot hope again; whence chilling age
Runs cold and feeble in our palsied veins;
No new affections will our hearts engage;

No sound of joyance in the distance reigns;
And when the cloud of darkness is before,
The rays behind us but afflict the more!



Ahora veámosla aplicada por otros poetas:


John Allan Wyeth
1928 –  «Hospital»: ABCD ABCD ABE CDE
(penúltimo soneto)

Fever, and crowds  –and light that cuts your eyes–
Men waiting in a long slowshuffling line
with silent private faces, white and bleak.
Long rows of lumpy stretchers on the floor.

My helmet drops  –a head jerks up and cries
wideeyed and settles in a quivering whine.
The air is rank with touching human reek.
A troop of Germans clatters through the door.

They cross our line and something in me dies.
Sullen, detached, obtuse –men into swine–
and hurt unhappy things that walk apart.

Their rancid bodies trail a languid streak
so curious that hate breaks down before
the dull and cruel laughter in my heart.


1928 – «The Train from Brest»:  ABCD ABCD ABE CDE
This Man’s Army: A War In Fifty–Odd Sonnets

A haze of dusk behind low roofs of thatch
and sloping moors and barren gouty trees—
dim roads and earth-walled elds—the steady ight
of blinking poles and the rhythmic sweep of wires.

Darkness outside—   “Hey Tommy, gimme a match—
now gimme a Lucky.” “You’re sorta hard to please—
you don’t want much.” —“Somebody turn off the light
I want to sleep.” “Hell—with these frog at tires?”

A stiing blackness—sweat, and the jiggling scratch
of cloth on your neck and tickling under the knees,
and the clank of iron beating a rackety tune—

and like a secret calling in the night
waking to see the black cathedral spires
of Chartres against a low–hung lazy moon


Claudio A. Giraldoni
1997 – «Homero»: ABCD ABCD EFG EFG


«Canta, diosa, la cólera de Aquiles,
del hijo de Peleo, que, funesta,
causó terribles males a los griegos,
sitiadores de Troya por diez años...»

Sobras de perro hambriento, huesos viles
para el ave carnívora... ¿Qué resta
de tanto aqueo muerto, de héroes ciegos?
Soldadesca vencida por engaños...

Un poeta de Esmirna crea hexámetros
inflamando a la cría adolescente
de nobles tan temidos como odiados.

Homero, tú cavaste enormes diámetros
de argivas sepulturas, bien conciente
de darles gran motivo a más soldados...


Jmacgar
«Luna de llanto»: ABCD ABCD EFG EFG
24/07/2013 – foro Mundopoesía

Luna que brillas esta noche oscura
como una enorme lágrima de nácar
que sobre el cielo negro se ha caído
¿es que presientes el dolor, la muerte?

¿Acaso alguna pena te barruntas?
Luces como una perla de luz clara
que como joya oval, brillo genuino,
gota de llanto de los cielos eres.

¡Ay luna de presagios tan terribles
que das temor con sólo ver tu porte,
que traes malos presagios, luna aviesa!

¡Ay ovalada luna, luna triste!
¿Acaso adivinaste que esta noche
vendría la huesuda dama negra?


«Sin ella»: ABCD ABCD EFE FEF
05/10/2013 –Foro Mundopoesía

Mejilla abajo, lenta, va rodando
dosificadamente, gota a gota,
la pena contenida por mis ojos
hasta que, no pudiendo con mi duelo,

se me desbordan las pupilas cuando
el tremendo dolor salta la cota;
sin importarme nada los sonrojos
la pena se desliza y llega al suelo

mientras pienso, a lo largo del camino
donde mis pasos van dejando huella,
que parece agotarse mi destino,

que se ha perdido el brillo de mi estrella,
que estoy en decadencia, mortecino...
y, ya lo sé, es porque estoy sin ella.



Ahora veamos este particular soneto escrito por Margaret Irene Gibson y que se desarrolla en tres cuartetos que siguen igual disposición: ABCD–ABCD–ABCD–EE.

«My Son, What Joy»
2005

My son, what joy I've had to help you grow!
Since you began from tiny seed, esteem
that sprouted when you came into our lives
has grown with you, I feel a wholesome pride.

Those early years, how little did we know!
We stood beside headwaters of a stream;
as trees by waters' edge will grow and thrive,
we grew ourselves by acting as your guide.

And now as manhood looms, where will you go?
Your life is yours to choose; but as we dream,
our fortune comes, and vital hope survives
by taking our discouragements in stride.

The world is wide, and seldom is it fair;
but always, son, my love goes with you there.



4) Tercetos pareados.

Como se sabe, el soneto pareado organiza la rima de los cuartetos y tercetos en pareados. A diferencia de esta variedad, algunos poetas prefirieron que sólo los tercetos y de manera ordenada adoptaran esta forma.

Charles Baudelaire
«De profundis clamavi»: ABBA CDDC EEF FGG

J'implore ta pitié, Toi, l'unique que j'aime,
Du fond du gouffre obscur où mon coeur est tombé.
C'est un univers morne à l'horizon plombé,
Où nagent dans la nuit l'horreur et le blasphème;

Un soleil sans chaleur plane au–dessus six mois,
Et les six autres mois la nuit couvre la terre;
C'est un pays plus nu que la terre polaire
–Ni bêtes, ni ruisseaux, ni verdure, ni bois!

Or il n'est pas d'horreur au monde qui surpasse
La froide cruauté de ce soleil de glace
Et cette immense nuit semblable au vieux Chaos;

Je jalouse le sort des plus vils animaux
Qui peuvent se plonger dans un sommeil stupide,
Tant l'écheveau du temps lentement se dévide!


Arthur Rimbaud
«Le châtiment de Tartufe»: ABAB CDCD EEF FGG

Tisonnant, tisonnant son coeur amoureux sous
Sa chaste robe noire, heureux, la main gantée,
Un jour qu'il s'en allait, effroyablement doux,
Jaune, bavant la foi de sa bouche édentée,

Un jour qu'il s'en allait, «Oremus», –un Méchant
Le prit rudement par son oreille benoîte
Et lui jeta des mots affreux, en arrachant
Sa chaste robe noire autour de sa peau moite!

Châtiment !... Ses habits étaient déboutonnés,
Et le long chapelet des péchés pardonnés
S'égrenant dans son coeur, Saint Tartufe était pâle!...

Donc, il se confessait, priait, avec un râle !
L'homme se contenta d'emporter ses rabats...
–Peuh ! Tartufe était nu du haut jusques en bas!


Rafael Alberto Arrieta
«Cuento de invierno»: ABBA CDDC EEF FGG

Habla el pastor: «Aquella condenada
noche de lobos» … (En el terciopelo
del claroscuro, aduérmese el abuelo;
otros escuchan sin entender nada).

«¡Famosa noche, amigos! No podría
olvidarla en cien años que viviera» …
(El viento ulula, inconsolable, afuera,
con lejanos aullidos de jauría).

«Y yo en la soledad de la montaña,
negra y sonora» … (El sueño es una araña
que va hilando sutil trampa invisible).

… «negra» … «sonora» … (Se hace imperceptible
la voz potente, cual la voz de raso
cuando se duerme el niño en el regazo…)


Alfonsina Storni
«Duerme tranquilo»: ABBA ABBA CCD DEE

Dijiste la palabra que enamora
a mis oídos. Ya olvidaste. Bueno.
Duerme tranquilo. Debe estar sereno
y hermoso el rostro tuyo a toda hora.

Cuando encanta la boca seductora
debe ser fresca, su decir ameno;
para tu oficio de amador no es bueno
el rostro ardido del que mucho llora.

Te reclaman destinos más gloriosos
que el de llevar, entre los negros pozos
de las orejas, la mirada en duelo.

¡Cubre de bellas víctimas el suelo!
Más daño al mundo hizo la espada fatua
de algún bárbaro rey. Y tiene estatua.


Juan Rodolfo Wilcock
«Casi no sé de quién son estas manos»: ABBA ABBA CCD DEE

Casi no sé de quién son estas manos,
las manos que acarician tus mejillas;
¿son las que en otras tardes amarillas
arrancaban la flor de los manzanos,

las que en los mediodías suburbanos
se hundían en las húmedas gramillas,
las de un joven absorto en las orillas
del Tigre ante unos álamos, mis manos?

En este íntimo nimbo que es la espuma
de venus verde y rosa entre la bruma
sé que éstas son las manos de tu amante;

pero no sé cómo uniré este instante
en que me siento agudamente vivo
con las horas de un Wilcock primitivo.



Ahora, y hablando de tercetos pareados, les dejo esta inquietud:

¿Es o no un soneto?

Francisco de Quevedo (1580–1645)

Heráclito cristiano y segunda arpa a imitación de David (1613)
Salmo III: ABBA CDDC EEFFGG

¿Hasta cuándo, salud del mundo enfermo,
sordo estarás a los suspiros míos?
¿Cuándo mis tristes ojos, vueltos ríos,
a tu mar llegarán desde este yermo?
¿Cuándo amanecerá tu hermoso día
la oscuridad que el alma me anochece?
Confieso que mi culpa siempre crece,
y que es la culpa de que crezca mía.
Su fuerza muestra el rayo en lo más fuerte
y en los reyes y príncipes la muerte;
resplandece el poder inaccesible
en dar facilidad a lo imposible;
y tu piedad inmensa
más se conoce en mi mayor ofensa.



Leamos los siguientes párrafos:

Ana María Snell
Hacia el verbo: signos y transfiguración en la poesía de Quevedo (1981)

«En primer lugar, hay en el grupo incluido en el Heráclito cristiano un poema que presenta una estructura reconociblemente sonetesca y podría considerarse como un soneto aberrante. A pesar de su rima múltiple, ABBA:CDDC::EE:FF:gG, y de un verso penúltimo heptasílabo (del que podrían citarse precedentes en los tipos de soneto “doblado” y “septenario”), el Salmo III exhibe un claro juego rítmico y semántico que divide los ocho primeros versos de los seis restantes, respondiendo hasta cierto punto a la estructura del soneto. En este caso particular, los dos cuartetos se organizan a modo de apóstrofe en forma interrogativa que se extiende hasta la mitad del segundo cuarteto. Los dos versos finales de éste pasan al modo afirmativo, pero manteniendo el tono subjetivo, confesional de los anteriores. Los seis versos que siguen representan un cambio claro de tono y enunciación. Dispuestos en pareados, tanto desde el punto de vista de la rima como de la sintaxis, exponen en forma proverbial y sentenciosa una serie de verdades objetivas


Valerio Nardoni
Universidad de Florencia
El tiempo de la piedad: para una aproximación al Heráclito cristiano, de Francisco de Quevedo

«El salmo comienza con unas interrogaciones sin respuesta («¿Hasta cuándo… sordo estarás»), que acrecientan su hipérbole a través del binomio del juego de contrarios: «mar»/«yermo», «día»/«oscuridad», cuyo cerco se cierra en la coincidencia –sin solución– de causa y efecto: «Confieso que mi culpa siempre crece, / y que es la culpa de que crezca mía».
Luego se propone –aún retóricamente, según conocidos modelos clásicos– un ejemplo más concreto, y la fuerza luminosa del creador del día («rayo») resalta junto al vano poder de los gobernantes del mundo («reyes y príncipes»), los cuales no pueden por cierto superar sus modestos límites humanos, relegados al oscuro campo de lo posible y de la dificultad: «resplandece el poder inaccesible / en dar facilidad a lo imposible».
Se puede ahora valorar el impulso semántico que se condensa: el hombre, aunque esté hecho a semejanza de Dios, y que en él funde sus leyes y jerarquías, no puede ni rozar su absoluta «piedad», otra vez, punto de convergencia de todos los valores del soneto».