lunes, 31 de marzo de 2014

EL LAZARILLO

 Es una propuesta poética creada por Sor Cecilia Codina Masachs el 22 de Mayo 2013.
Consta de 18 versos distribuidos en tres estrofas de seis versos cada una, combinando alejandrinos y endecasílabos. Oficiando de lazarillo la rima B en las tres estrofas, las dos primeras presentan rima alterna y la última enlaza todas las rimas en un sexteto simétrico.
He aquí su esquema general:

14A-11B-14A-11B-14A-14B
14C-11B-14C11B-14C-14B
14A-11B-14C-11A-14B-14C


¡Alma ven!   

¡Alma ven!, ven y canta tu gran profundidad 
mira qué bello espacio interior tiene         
crece sola rendida  la misma caridad,                     
porque Dios no se muda, se detiene,    
con rigor en la fría noche abre su deidad
 y sus ojos te miran, a pesar que le apene.

¡Alma ven! Ven... ¿has visto el maravilloso centro?
cómo mora el divino Ser que viene…
toda alma desea llevar la cruz muy dentro            
y quedarse por siempre mientras cene
de su Grial el buen vino, del mundo el epicentro
derramado en bebida que todo lo contiene.

Aquí os dejo Señor Dios, nula la vanidad
vuestra soy y más mío vos ,conviene,
la esclarecida luz que me guíe a ese encuentro       
manantial de mi fe, necesidad,  
de ser prendida en gloria que con vos me deviene
tan colmada por dones con vuestro reencuentro.




LAZARILLO ALIRADO

Esta variante, creada el 12 de abril de 2013, se desarrolla en versos endecasílabos y heptasílabos, y en la que se cumple la misma modalidad del lazarillo anterior.
He aquí su esquema:

   
11A- 7b- 11A-7b- 11A -11B
11C- 7b- 11C- 7b- 11C-11B
11A- 7b-11C- 7a- 11B- 11C



¡Ay si te conocieran! 

¡Qué te diría cielo de mi amor! 
Si cuando tú me tocas               
suspiro eternidad en mi interior,
tanto… que me sofocas                   
que no sé cómo vivo sin temor
porque veo me llamas con mil bocas.    

No son toques de manos, como humanas,
son besos que convocas,                       
a que busque tu encuentro, el que tú emanas. 
No sé, pero me alocas,                           
de tal forma y manera, que me hermanas
porque bien mis pecados los derrocas.         

¡Ay si te conocieran mi Señor! 
Las almas y no pocas,                
dejarían de ser tristes y  vanas.
Una voz con fervor,     
si humilde se arrodilla, rompe rocas
y de cierto que nacen las mañanas. 






LAZARILLO DE ARTE MENOR

Es otra variante del Lazarillo de Arte Mayor creada el 04/10/2014 por Sor Cecilia.
Su esquema rítmico es el mismo, pero en versos octosílabos:

8a-8b-8a-8b-8a-8b
8c-8b-8c-8b-8c-8b
8a-8b-8c-8a-8b-8c


No lo ignoren
10/01/2015

¡Qué noche!... Espectacular,
tan oscura y misteriosa
imposible detallar…
Ni que quisiera una cosa,
me embobo sin abarcar
ni la estrella más fogosa.

Dejo que mis ojos lloren
ante esa imagen hermosa,
y que mis palabras oren
de manera silenciosa.
Deseo que a Dios adoren
como un esposo a su esposa.

Gozo en saber transformar
la pequeñez en grandiosa.
Deseo que lo valoren,
para más iluminar
siendo estrella luminosa.
Que los hombres no lo ignoren.


























domingo, 30 de marzo de 2014

LA ODA O CANCIÓN PINDÁRICA

Las estructuradas poesía y arte de los antiguos griegos seguían por lo general reglas muy específicas, y el poema lírico griego, llamado oda, no era la excepción. La oda griega se divide tradicionalmente en tres partes: la estrofa, la antistrofa y el épodo. La estrofa establece la rima y la métrica, la antistrofa refleja a la estrofa y el épodo concluye la oda con su propia métrica y rima.
La oda o canción pindárica (por ser Píndaro modelo de este genero), es la que canta las hazañas ilustres, las glorias de las naciones, los triunfos de la patria, etc.
Su composición combina versos endecasílabos y heptasílabos rimados en consonancia y que siguen este esquema en su desarrollo: Dos estancias simétricas (estrofa y antiestrofa) y el épodo, estancia que tiene, como se ha dicho, diferente extensión y disposición de rimas que las dos anteriores.
Ahora, si un poema desarrolla más de una canción, las estrofas, antiestrofas y épodos de cada una de ellas tienen la misma forma.


Elogio al Duque de Lerma
Francisco de Quevedo Villegas


Estrofa I (De 16 versos)

De una madre nacimos
los que esta común aura respirarnos;
todos muriendo en lágrimas vivimos,
desde que en el nacer todos lloramos.
Sólo nos diferencia
la paz de la consciencia,
la verdad, la justicia, a quien el cielo
hermosa, si severa,
con alas blancas envió ligera
porque serena gobernase el suelo;
Ella asegura el tránsito a la vida.
Feliz el que la cándida pureza
no turba en la riqueza,
y aquel que nunca olvida
ser polvo, en el halago del tesoro,
y el que sin vanidad desprecia el oro.


Antiestrofa I (De 16 versos)

Como vos, ¡oh glorioso
duque, en quien hoy estimación hallaron
las virtudes, y premio generoso!
Ved cuál sois, que con vos se coronaron,
nunca más felizmente,
en la gloriosa frente
de Alejandro su luz amanecieron;
ni en la alma valerosa
de César, que, ya estrella, a volar osa,
mayores alabanzas merecieron.
Ni de Augusto las paces más amadas
fueron: pues, de blandura y de cuidado
vuestro espíritu armado,
haces dejó burladas,
previniendo la suerte, que, enemiga,
al que irritarla presumió, castiga.


Épodo I (De 21 versos)

Por vos, desde sus climas peregrino,
devoto a la deidad del rey de España,
el alárabe vino.
No es poco honrosa hazaña
que, vencido el camino
y perdonado ya del mar y el viento,
por justo y religioso, el noble intento,
debajo de sus pies ponga el turbante
el persa, honor y gloria de Levante.
Por vos, Ingalaterra
descansa y nos descansa de la guerra.
Y Francia, madre de ínclitos varones,
del peso de las armas aliviada,
trae por adorno varonil la espada,
que ya opuso de España a los Leones.
Y las islas postreras,
que, por merced del mar, pisan el suelo,
clemencia nunca vista en ondas fieras,
por vos, por vuestro celo,
admitirán la paz con que les ruega
quien con su voz de un polo al otro llega.



Estrofa II (De 16 versos)

Curcio, mancebo fuerte,
con glorioso desprecio y atrevido,
tocó las negras sombras de la muerte,
cuando, de ardor valiente persuadido,
clara fama seguro
buscó en el foso obscuro,
el precio dedicando de su vida
al pueblo temeroso;
y en el horror del cóncavo espantoso,
intrépido, sostuvo en su caída,
como Encélado, montes desiguales,
a quien, premiando el alto beneficio,
hicieron sacrificio
en aras inmortales,
pues, muriendo por dar a Roma gloria,
dio su vida a guardar a su memoria.


Antiestrofa II (De 16 versos)

Vos, del forzoso peso
de tan grande república oprimido,
con juicio igual y con maduro seso,
a Curcio aventajado y parecido,
por darla algún remedio,
arrojándoos en medio
de los más hondos casos y más graves,
de Atlante sois Alcides,
que le alivia en sus paces y en sus lides,
guardándole a Filipo las dos llaves
con que de Jano el templo o abre o cierra.
Vos, con cuello obediente a peso tanto,
compráis el laurel santo
y a vos toda la tierra,
cual Roma sólo a Curcio, que la ampara,
sacrificios dedica en feliz ara.


Épodo II (De 21 versos)

¡Oh bien lograda y venturosa vida
la vuestra, a quien la muerte trae descanso,
cuando ella es parricida,
y en un reposo manso
llegará la partida!
Sueño es la muerte en quien de sí fue dueño
y la vida de acá tuvo por sueño.
Apacible os será la tierra y leve;
que fue larga, diréis, la vida breve,
porque en el buen privado
es dilación del premio deseado,
invidia de la gloria que le espera,
la edad prolija y ]arga. ¡Oh, cómo ufanos
vuestros padres y abuelos soberanos
que España armados vio (de la manera
que a Jove los gigantes,
soberbio parto de la parda tierra,
que, fulminados, yacen fulminantes)
escarmiento a la guerra
darán, de vos, en nietos esforzados,
sus hechos, y sus nombres heredados!


Así cantaba Clío
al son de la trompeta de la fama:
y el numen que la inflama,
suspenso aquí, desacordado y frío,
cesó, y entre las flores,
los vientos quiso oír murmuradores.










LA CANTATA

Es una estructura poética que se desarrolla combinando sólo endecasílabos o bien endecasílabos y heptasílabos (rimados o blancos) a los que sigue inmediatamente una octavilla aguda, estrofa en la que se intensifica la emoción del poema.


Gonzalo de Córdoba o La conquista de Granada.
Juan López de Peñalver


Al fin, yo vuelvo con la noche fría
a ser feliz en la que el alma mía
cual deidad señorea.
A verla tornaré, y en tiernos lazos
estrecharán mis brazos
aquel cándido seno palpitante,
do mora la virtud casta y hermosa.
Sus dulces labios de azucena y rosa
los míos libarán, y oiré anhelante
su voz enamorada
por el amor tal vez interrumpida.
Entonces, ¡ay! con lánguida mirada
me inflamarán sus ojos elocuentes…
¡Oh! cuánto amor! ¡oh! cuántas inocentes
caricias guardará! Tal vez ahora
al rayo de la luna silencioso
espera, de su esposo
las memorias queridas repasando.
Tal vez cuenta llorando
los instantes que tardo a sus amores:
y en los días mejores
piensa cuando la vía
el Atlas enriscado,
gozar siempre a mi lado
amor inalterable y alegría.

Sombra fugaz, volaron
tan florecientes días,
y en pos de sí llevaron
mi paz y mi placer.
¿Do estás pasada gloria?
¿do estás? ¡ay triste! yaces
en la infeliz memoria
que siempre clama: fue.


Fue mi fatal ventura,
y para siempre fue. Discordia impura
de la guerra infeliz soplando el fuego,
sin esperanza me robó el sosiego.
de las tranquilas chozas paternales
nos trajo a los horrores, a la muerte,
y… ¡oh! peor que el morir son los fatales
vicios que esta región brota do quiera.
Osmán, ¡pérfido Osmán!... ¡ah! teme, teme
mi venganza rabiosa…
¿osastes a mi esposa
declarar tu pasión? En vano, en vano
tu pecho reventó la impura llama:
mi esposa es la virtud, Zora me ama…
Mas ¿quién sabe, gran Dios, si en este instante
jura el pérfido ser su eterno amante?...

Huye su vista, Zora,
huye, y de mí te acuerda:
por siempre fiel me adora,
seré dichoso en ti.
¡Oh! si por dicha mía
no tan hermosa fueras!
mi amor igual sería,
empero más feliz.




miércoles, 19 de marzo de 2014

HEXASEXTETO QUIÁSTICO Y RETORNANTE

Presentado el 09 de marzo de 2014 por el poeta Jmacgar en el Portal Literario Mundo Poesía, se estructura en seis sextetos-lira con rima espejada (ABCcbA) que van enlazándose unas a otras por medio de la repetición de las primeras palabras de los versos en orden descendente hasta llegar en la sexta estrofa a hacer una rima igual a la primera, cerrándose así el círculo.

El esquema rítmico es como sigue:  
Primera estrofa: 11A - 11B - 11C – 7c - 7b  – 11A
Segunda: idem que la anterior repitiendo el comienzo del primer verso.
Tercera: 11B – 11 A – 11C – 7c - 7a - 11B repitiendo el comienzo del segundo verso
Cuarta: 11C – 11A – 11B – 7b – 7a - 11C repitiendo el comienzo del tercer verso
Quinta: 11B – 11A– 11C – 7c - 7a – 11B repitiendo el comienzo del cuarto verso
Sexta: 11A – 11B – 11C – 7c – 7b – 11A repitiendo el comienzo del quinto verso.

De esta forma la última estrofa recupera el orden de rimas de la primera cerrando el círculo.


Cuando insomne te espero inútilmente

Yo me encuentro el albor de madrugada
cuando insomne te espero inútilmente
y me sorprende la rosada aurora
cuando el ave canora
con su trino insistente
me dice que no espere tu llegada.

Yo me encuentro perdido, tierna amada,
una noche tras otra y la siguiente
y me pregunto dónde estás ahora
cuando mi alma te llora
porque te siente ausente
pues haces caso omiso a mi llamada.

Una noche tras otra, impenitente,
atenta hacia el camino mi mirada
se fija en la vereda, acechadora,
mientras al cielo implora
en esta noche helada
que busques mi calor, intenso, ardiente.

Se fija en la vereda que te llora
que parece estar sucia, abandonada,
¿a qué limpiarla si no estás presente?
No tengo yo la mente
ahora para nada,
mi mente solo sufre, pues te añora.

No tengo yo motivo ni aliciente,
me siento el alma triste y desolada
y la melancolía se enseñora
de mí en esta hora
de angustia desatada;
acaso por tu ausencia esté demente.

De angustia vivo yo la madrugada,
sin descansar estoy constantemente,
en duermevela mi pasión aflora
y mi alma soñadora
te huele, te presiente,
te imagina radiante en tu llegada.