PAUSA FINAL O VERSAL
En todos los casos, cada verso se separa mediante una pausa del que le sigue. Este intervalo de silencio, a veces brevísimo, no siempre coincide con el sentido; pero, de todos modos, la pausa final es indispensable, porque individualiza al verso como unidad de ritmo.
Estás flaco y pálido,
me haces padecer.
Cuando eras pequeño
daba gusto ver
tu cara redonda,
tu rosada tez…
El oído advierte claramente las pausas finales, unas más breves que otras, según sean meras divisiones rítmicas, o también de sentido. La puntuación indica, como en prosa, las pausas mayores.
Además, los versos de ARTE MAYOR, y especialmente a partir del endecasílabo, llevan pausas internas llamadas CESURAS.
La cesura divide al verso en partes que se denominan HEMISTIQUIOS.
Los hemistiquios son porciones rítmicas menores dentro de la unidad total de ritmo que es el verso:
Si aroma el aire / recogió en el suelo,
es el aroma / que le presta ella.
Estos endecasílabos de Espronceda están cortados por una breve pausa (la cesura) en dos hemistiquios, de cinco sílabas el primero y de seis el segundo.
En los versos que tienen un número par de sílabas, como los de doce o de catorce, la cesura suele caer justamente en la mitad, y los divide en dos hemistiquios iguales.
Naranjo en maceta / ¡qué triste es tu suerte,
medrosas tiritan / tus hojas menguadas!
(Antonio Machado)
Hallé sin duda largas / las noches de mis penas;
mas no me prometiste / tan sólo noches buenas…
Pero también es posible que la cesura no esté exactamente en el medio, con lo cual tales versos toman cierta variedad de ritmos. Son bastante frecuentes los dodecasílabos en que se hace la pausa después de la séptima sílaba:
Estas pobre canciones / que te consagro
en mi mente han nacido / por un milagro.
La cesura no es siempre una sola. Algunos versos tienen dos y aun más.
OTRAS PAUSAS.
Pausa estrófica.
Es la que se produce al final de cada estrofa, y que es obligada.
Pausa interna.
Es cualquier otra pausa que aparezca en el interior del verso y que no sea cesura. A diferencia de las anteriores, esta pausa no impide la sinalefa.
Tanto la cesura como las pausas internas no tienen por qué coincidir con los signos ortográficos (coma, punto y coma, punto, etc).
Se trata de dos tipos de pausa exigidos por el ritmo y por la estructura del verso, que habremos de aprender a distinguir y localizar guiados más por el oído que por la vista.
La red que rompo / y la prisión que muerdo,/
y el tirano rigor que adoro y toco,/
para mostrar mi pena / son muy poco, /
si por mi mal / de lo que fui me acuerdo./
(Francisco de Quevedo)
EL ENCABALGAMIENTO
Consiste en un desequilibrio entre la pausa versal y la sintaxis del verso, es decir, la pausa versal se reduce al mínimo porque la oración que comenzó en un verso continúa en el siguiente.
Este fenómeno recibe este nombre porque el sentido del verso cabalga sobre el verso que le sigue.
Así distinguimos entre verso encabalgante, que es aquel en el que se inicia, y el verso encabalgado, que es aquel donde termina.
El encabalgamiento puede clasificarse en:
1) SUAVE: se produce cuando el sintagma u oración afectado termina al final del siguiente verso, o continúa fluyendo sobre el encabalgado más allá de la quinta sílaba, es decir, cuando la pausa aparece después de dicha sílaba.
Del mayor infanzón de aquella pura
república de grandes hombres era
una vaca sustento y armadura…
(Francisco de Quevedo)
2) ABRUPTO: el sintagma afectado termina en las primeras sílabas del siguiente verso.
Mas luego vuelve en sí el engañado
ánimo, y conociendo el desatino,
la rienda suelta largamente al lloro.
(Fray Luis de León)
3) LÉXICO: se produce cuando el verso parte una palabra.
Y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando
con sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
(Fray Luis de León)
EL BRAQUISTIQUIO
El braquistiquio o hemistiquio corto es la estructuración pausal más breve del verso castellano; no llega a cuatro sílabas.
Se trata de un corte o pausa breve que como tal ya supone el interés del poeta por poner alguna cosa de relieve.
El braquistiquio no implica necesariamente encabalgamiento (en algunos casos no se puede producir dentro de éste, dando lugar a lo que hemos denominado encabalgamiento abrupto), pero también puede darse de forma completamente autónoma, como en los siguientes ejemplos:
Las hojas que en las altas selvas vimos/
cayeron, / y nosotros a porfía/
en nuestro engaño inmóviles vivimos.
(Epístola moral a Fabio)
La mala yerba al trigo ahoga, / y nace/
en lugar suyo la infelice avena.
(Garcilaso de la Vega)
En todos los casos, cada verso se separa mediante una pausa del que le sigue. Este intervalo de silencio, a veces brevísimo, no siempre coincide con el sentido; pero, de todos modos, la pausa final es indispensable, porque individualiza al verso como unidad de ritmo.
Estás flaco y pálido,
me haces padecer.
Cuando eras pequeño
daba gusto ver
tu cara redonda,
tu rosada tez…
El oído advierte claramente las pausas finales, unas más breves que otras, según sean meras divisiones rítmicas, o también de sentido. La puntuación indica, como en prosa, las pausas mayores.
Además, los versos de ARTE MAYOR, y especialmente a partir del endecasílabo, llevan pausas internas llamadas CESURAS.
La cesura divide al verso en partes que se denominan HEMISTIQUIOS.
Los hemistiquios son porciones rítmicas menores dentro de la unidad total de ritmo que es el verso:
Si aroma el aire / recogió en el suelo,
es el aroma / que le presta ella.
Estos endecasílabos de Espronceda están cortados por una breve pausa (la cesura) en dos hemistiquios, de cinco sílabas el primero y de seis el segundo.
En los versos que tienen un número par de sílabas, como los de doce o de catorce, la cesura suele caer justamente en la mitad, y los divide en dos hemistiquios iguales.
Naranjo en maceta / ¡qué triste es tu suerte,
medrosas tiritan / tus hojas menguadas!
(Antonio Machado)
Hallé sin duda largas / las noches de mis penas;
mas no me prometiste / tan sólo noches buenas…
Pero también es posible que la cesura no esté exactamente en el medio, con lo cual tales versos toman cierta variedad de ritmos. Son bastante frecuentes los dodecasílabos en que se hace la pausa después de la séptima sílaba:
Estas pobre canciones / que te consagro
en mi mente han nacido / por un milagro.
La cesura no es siempre una sola. Algunos versos tienen dos y aun más.
OTRAS PAUSAS.
Pausa estrófica.
Es la que se produce al final de cada estrofa, y que es obligada.
Pausa interna.
Es cualquier otra pausa que aparezca en el interior del verso y que no sea cesura. A diferencia de las anteriores, esta pausa no impide la sinalefa.
Tanto la cesura como las pausas internas no tienen por qué coincidir con los signos ortográficos (coma, punto y coma, punto, etc).
Se trata de dos tipos de pausa exigidos por el ritmo y por la estructura del verso, que habremos de aprender a distinguir y localizar guiados más por el oído que por la vista.
La red que rompo / y la prisión que muerdo,/
y el tirano rigor que adoro y toco,/
para mostrar mi pena / son muy poco, /
si por mi mal / de lo que fui me acuerdo./
(Francisco de Quevedo)
EL ENCABALGAMIENTO
Consiste en un desequilibrio entre la pausa versal y la sintaxis del verso, es decir, la pausa versal se reduce al mínimo porque la oración que comenzó en un verso continúa en el siguiente.
Este fenómeno recibe este nombre porque el sentido del verso cabalga sobre el verso que le sigue.
Así distinguimos entre verso encabalgante, que es aquel en el que se inicia, y el verso encabalgado, que es aquel donde termina.
El encabalgamiento puede clasificarse en:
1) SUAVE: se produce cuando el sintagma u oración afectado termina al final del siguiente verso, o continúa fluyendo sobre el encabalgado más allá de la quinta sílaba, es decir, cuando la pausa aparece después de dicha sílaba.
Del mayor infanzón de aquella pura
república de grandes hombres era
una vaca sustento y armadura…
(Francisco de Quevedo)
2) ABRUPTO: el sintagma afectado termina en las primeras sílabas del siguiente verso.
Mas luego vuelve en sí el engañado
ánimo, y conociendo el desatino,
la rienda suelta largamente al lloro.
(Fray Luis de León)
3) LÉXICO: se produce cuando el verso parte una palabra.
Y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando
con sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
(Fray Luis de León)
EL BRAQUISTIQUIO
El braquistiquio o hemistiquio corto es la estructuración pausal más breve del verso castellano; no llega a cuatro sílabas.
Se trata de un corte o pausa breve que como tal ya supone el interés del poeta por poner alguna cosa de relieve.
El braquistiquio no implica necesariamente encabalgamiento (en algunos casos no se puede producir dentro de éste, dando lugar a lo que hemos denominado encabalgamiento abrupto), pero también puede darse de forma completamente autónoma, como en los siguientes ejemplos:
Las hojas que en las altas selvas vimos/
cayeron, / y nosotros a porfía/
en nuestro engaño inmóviles vivimos.
(Epístola moral a Fabio)
La mala yerba al trigo ahoga, / y nace/
en lugar suyo la infelice avena.
(Garcilaso de la Vega)
Hola Luis; Magnífico blog, Amigo, la verdad habemos muchos que escribimos "de oido" y siempre viene bien tener presente información como esta que nos ayuda a escribir mejor...
ResponderEliminarUn abrazo
Fanttomass (Ricardo pues`n)
Muy bueno el blog Luis, estás realizando un trabajo de lujo, siempre quedan cosas por aprender y creo que de este sitio saldrna muchas de ellas.
ResponderEliminarUn abrazo, estimado amigo y sigo leyendo
Hola, Ricardo...!
ResponderEliminarMe encanta que pases, amigo mío...!
Con respecto al blog, me las ingenio para hacerlo comprensible y simple, para que se entienda perfectamente.
También es cierto que lo voy desarrollando lentamente, corrigiéndolo a medida que avanzo.
Espero realmente que sirva de guía práctico.
Gracias nuevamente por tu paso y recibe de mi parte el afecto de siempre.
Hola, Gus...!
ResponderEliminarPor supuesto que la iniciativa le corresponde a cada uno, pero nunca está de más brindar un empujoncito.
Me alegro que hayas pasado.
Abrazos inestimables.
Oye, ¿entonces este cuarteto maneja un dodecasílabo en el primer verso, mientras que los otros tres son endecasílabos?
ResponderEliminar__La RED que ROMpo / y la priSIÒN que MUERdo,/__
y el tirano rigor que adoro y toco,/
para mostrar mi pena / son muy poco, /
si por mi mal / de lo que fui me acuerdo./
Si lo que digo es erròneo, espero me lo aclares, ademàs de que he leido acerca de la medida de los versos, y en verdad que esto no me cuaja. Espero tu respuesta.
Hola, Daniel...!
ResponderEliminarEn el ejemplo dado, la pausa existe tal cual se señala, pero ten en cuenta que para contar sus sílabas dicha pausa no impide la sinalefa.
Por lo tanto, la sinalefa hace que el verso tenga 11 sílabas: endecasílabo.
Recuerda asimismo que las pausas NO SON CESURAS.
Las cesuras sí impiden la sinalefa.
Espero que la distinción haya sido clara.
Sigo a tu disposición, por supuesto.
que bueno
ResponderEliminarcuando hay un encabalgamiento puedo contar las silabas totales del verso juntando el verso encabalgado?
ResponderEliminarejemplo
el animal temblaba
de qué alegria
temblaba
aqui yo al contar las silabas junté de que alegria temblaba, y puse 8 silabas. Es correcto?
Hola, Anónimo...!
ResponderEliminarCuando cuentas las sílabas de un verso, cuenta sólo las de ese verso.
Si un verso continúa en frase o sentido abajo, sólo cuenta este primer verso; es decir, lo que continúa no se cuenta.
En una palabra, debes contar las sílabas de un verso tal como aparece gráficamente.
Espero que hayas entendido.
Cualquier cosa, sigo a tu disposición.
Saludos cordiales.
Hola Luis:
ResponderEliminarMe gustaría saber si en un soneto es correcto el encabalgamiento
entre el último verso del 1º cuarteto y el primer versos del 2º cuarteto…Gracias amigo.
Un fraternal abrazo y feliz año 2013
Roberto Santamaría
Roberto: He aqui ejemplos espero le ayuden.
ResponderEliminarComo tronco en montaña venido al suelo.
Frente grandiosa y limpia, soberbia y pura,
negras y unidas cejas, con la figura
del trazo curvo y fino que marca el vuelo
de un pajaro en un croquis que apunta un cielo.
Nariz igual a un pico de halcon. Albura
de canas. ¡El abeto, ya sin verdura,
dio en tierra y esta en parte cinto de hielo!
(El muerto, Salvador Diaz Miron)
...............................................
Clarisimo marques, en quien derrama
el cielo cuanto bien conoce el mundo,
si al gran valor en qu'el sujeto fundo
y al claro resplandor de vuestra llama
arribare mi pluma y do la llama
la voz de vuestro nombre alto y profundo,
sereis vos solo eterno y sin segundo,
y por vos inmortal quien tanto os ama.
(Soneto XXI, Garcilaso de la Vega)
..............................................
Ahora en un sonetillo:
Silba sin aire ya la bala
que nos ha de matar, y en tanto
ciega nuestros ojos un llanto
de despedida. En la hora mala
de mi partida, compañero,
nos preguntamos unos a otros
cuando nos tocara a nosotros...
Psicologia de torero.
(A Nogales muerto, Manuel Machado)
.................................
Ahora si es correcto el encabalgamiento o no muchos opinan que no, dado que la estrofa constituye por si misma una unidad.
Empero, como puede ver, existen y de notables autores.
Lo recomendable, en todo caso, es que no superen los dos versos.
EL SANTO le envia un cordialismo abrazo y espera que Ud. siga bien.
Servidor suyo, SHERRINFORD.
Hola. Estupenda página, me gusta mucho. Quería preguntar si en el siguiente poema de Machado hay encabalgamientos y, en caso de haberlos, de qué tipo. Gracias.
ResponderEliminarY ha de morir contigo el mundo mago
donde guarda el recuerdo
los hálitos más puros de la vida,
la blanca sombra del amor primero,
la voz que fue a tu corazón, la mano
que tú querías retener en sueños,
y todos los amores
que llegaron al alma, al hondo cielo?
¿Y ha de morir contigo el mundo tuyo,
la vieja vida en orden tuyo y nuevo?
¿Los yunques y crisoles de tu alma
trabajan para el polvo y para el viento?
Hola.
ResponderEliminarHay encabalgamiento suave desde el primer verso al tercero incluso.
Quinto y sexto desde la mano, suave tambien.
Septimo y octavo, suave.
Los dos ultimos versos entre si, suave tambien.
Espero haberte ayudado.
Sherrinford.
Impresionado. Un trabajo realmente encomiable. Gracias
ResponderEliminarNo me ha quedado muy claro lo de las cesuras. Y no ya sólo porque normalmente los autores de poemas no las indican con un signo gráfico (que, de hecho, no existe salvo el convencional "||" o "//", que se usa sólo con fines didácticos o de análisis, pero nunca en los poemas publicados para los lectores), sino también porque cada persona es diferente y, por tanto, no todas percibirán una pausa interna (cesura) en la misma posición.
ResponderEliminarPero es que además hay otra cosa que me confunde: si a partir del verso dodecasílabo es obligatoria una cesura que divide dos hemistiquios, ¿cómo saber si, por ejemplo en el dodecasílabo mismo, la pausa está precisamente después de la sílaba 6.ª y no después de la 7.ª, 8.ª, 9.ª, 10.ª o 11.ª? ¿Acaso la obligatoriedad de la cesura a partir del verso dodecasílabo no implica que somos capaces de leer sin pausa hasta 11 sílabas? Quiero decir que no veo mucha racionalidad en la obligatoriedad de las cesuras, y por eso me gustaría que algún experto en poesía y métrica me lo aclarara.
No sé si he planteado bien la duda.
Saludos.