martes, 17 de noviembre de 2009

LA ESCALA MÉTRICA 


Es una forma poética creada por el poeta romántico Víctor Hugo y que fuera usada en la elaboración de “Les Djinns”.
Poco usada en general, se trata de una serie de estrofas en la que cada una está conformada por versos de la misma medida (iniciándose la primera con una o dos sílabas) y que en las siguientes van sumando una sílaba hasta llegar al dodecasílabo.
Luego se va disminuyendo en la medida silábica hasta regresar a la medida de la estrofa inicial.
En  El estudiante de Salamanca”, de José de Espronceda, hallamos esta escala métrica que reproducimos fragmentariamente:


Fúnebre
llanto
de amor
óyese
en tanto
en son

Flébil, blando
cual quejido
dolorido
que del alma
se arrancó:
cual profundo
¡Ay! que exhala
moribundo
corazón.

Música triste
lánguida y vaga,
que a par lastima
y el alma halaga;
dulce armonía
que inspira al pecho
melancolía,
como el murmullo
de algún recuerdo
de antiguo amor,
a un tiempo arrullo
y amarga pena
del corazón.

Mágico embeleso,
cántico ideal,
que en los aires vaga
y en sonoras ráfagas
aumentado va;
sublime y oscuro,
rumor prodigioso,
sordo acento lúgubre,
eco sepulcral,
músicas lejanas,
de enlutado parche
redoble monótono,
cercano huracán,
que apenas la copa
del árbol menea
y bramando está;
olas alteradas
ee la mar bravía
en noche sombría,
los vientos en paz,
y cuyo rugido
se mezcla al gemido
del muro que trémulo
las siente llegar;
pavoroso estrépito,
infalible présago
de la tempestad.

………………………………………………………………………………


Luego un caballero de espuela dorada,
Airoso, aunque el rostro con mortal color,
Traspasado el pecho de fiera estocada,
Aun brotando sangre de su corazón,

Se acerca y le dice, su diestra tendida,
Que impávido estrecha también Montemar:
«--Al fin, la palabra, que disteis, cumplida,
Doña Elvira, vedla, vuestra esposa es ya;

………………………………………………………………………………..

Y a tan continuo vértigo,
a tan funesto encanto,
a tan horrible canto,
a tan tremenda lid,
entre los brazos lúbricos
que aprémianle sujeto
del hórrido esqueleto,
entre caricias mil,

Jamás vencido el ánimo,
su cuerpo ya rendido
sintió desfallecido
faltarle Montemar;
y a par que más su espíritu
desmiente su miseria,
la flaca, vil materia
comienza a desmayar.

Y siente un confuso,
loco devaneo,
languidez, mareo
y angustioso afán;
y sombras y luces,
la estancia que gira,
y espíritus mira
que vienen y van.

Y luego a lo lejos,
flébil en su oído,
eco dolorido
lánguido sonó,
cual la melodía
que el aura amorosa
y el agua armoniosa
de noche formó;

Y siente luego
su pecho ahogado
y desmayado,
turbios sus ojos,
sus graves párpados,
flojos caer;
la frente inclina
sobre su pecho,
y, a su despecho,
siente sus brazos
lánguidos, débiles
desfallecer.

Y vió luego
una llama
que se inflama
y murió;
y perdido
oyó el eco
de un gemido
que espiró.

Tal, dulce
suspira
la lira
que hirió
en blando
concento
del viento
la voz,

Leve,
breve
son.




La misma fórmula silábica puede aplicarse en versos individuales:

Bella durmiente
Luis Estoico

Eres
de noche
la princesa
bella durmiente
que al galán espera,
sí, al galán que le bese
sus labios rojos de fresa,
y que al besarla la despierte
para llevársela consigo, a esa
tierra de ensoñación y de esperanza,
al reino do el cielo se une con la tierra,
y do jamás la noche tiene imperio
y el sueño dura horas apenas.
Pero si abrieses de repente
tus ojos de niñas tersas
envidiosa la noche
tenerlas quisiera
porque su luz
sus estrellas
opacan,
bellas.



Asimismo, y para un mejor efecto visual, puede ser centralizada:


                                        Eres
                                     de noche
                                  la princesa
                              bella durmiente
                           que al galán espera,
                         sí, al galán que le bese
                       sus labios rojos de fresa,
                   y que al besarla la despierte
                   para llevársela consigo, a esa
             tierra de ensoñación y de esperanza,
           al reino do el cielo se une con la tierra,
               y do jamás la noche tiene imperio
                  y el sueño dura horas apenas.
                    Pero si abrieses de repente
                       tus ojos de niñas tersas    
                           envidiosa la noche
                              tenerlas quisiera
                                 porque su luz
                                   sus estrellas
                                       opacan,
                                         bellas.        




Variante de la escala métrica la constituye la COMPOSICIÓN EN PUNTA, poema en el que los versos individualmente, o todos los versos de cada una de las estrofas, sistemáticamente aumentan o disminuyen en longitud formando así la figura de una pirámide o de una pirámide invertida.


Das la paz
Alberto E. Salas


Das
la paz
a mi vida
de trashumante
que sólo al mirarte
comprende que la dicha
tus besos han de entregarme.







2 comentarios:

  1. TIenen q rimar de alguna forma o es libre
    ?

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  2. Hola, Anónimo...!

    En este caso riman los versos pares.
    No creo que haya inconveniente si la haces libre.
    Saludos cordiales.

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