Presentadas en el foro “Convergencia Poética”
por el poeta Altamirano-Zorzi, se trata de dos
variantes estróficas de la estancia spenseriana.
La “septilla” es una estrofa trísona que se
desarrolla en seis versos octosílabos a los que sigue un endecasílabo. Su fórmula
rítmica es: abbabcC.
La “séptima”, también trísona, se ordena en seis
versos eneasílabos seguidos de un dodecasílabo. Su fórmula rítmica es: ABABBCC.
SEPTILLA SPENSERIANA
Sueño
contigo
20/11/2014
Siempre
que sueño contigo
vamos
por sendas floridas,
ambos
las manos asidas
bajo
el crepúsculo amigo,
riendo
dichosos, sin bridas,
libres
cual aves que vuelan
rectos
al punto sereno que anhelan.
Pero
deshácese todo
cuando
despierto del sueño,
¡cuando
constato que el dueño
soy
de un navío de lodo
menos
tenaz que el barreño!
¡Vana
locura que alarga
más
el dolor que mi espíritu embarga!
Quiero
dormir sin soñarte,
quiero
dormirme tranquilo,
¡pero
mis sueños el hilo
cogen
de nuevo con arte!
Yo
que tu adiós no asimilo
quiero
dormirme calmado
¡aunque
no tenga tu cuerpo a mi lado!
Consejo
01/12/2014
Es
cierto que no soy quien
para
brindarte consejos,
hacerlo
es cosa de viejos
quizás
me digas también,
pero
me duele que lejos
te
encuentres de tu destino
continuamente
errando tu camino.
Cada
cual hace su vida
y
según su parecer,
que
nunca es malo caer
cuando
vamos de subida,
que
levantarse es tener
la
idea fija en la mente
¡pero
tú no levantas ni la frente!
Sólo
te pido que escuches
y
después de eso te irás,
escúchame
esto nomás:
no
flaquees cuando luches
ni
rehúyas cuanto más
fuerte
sea lo que enfrentes
¡y
esto hará que consigas lo que intentes!
SÉPTIMA SPENSERIANA
En
llamas
27/11/2014
La
dama de mis sueños vaga
envuelta
en su vestido blando,
no
sabe que mi amor divaga
al
verla solitaria andando,
tampoco
que me estoy quemando
en
llamas que denuncian fuerza
¡sin
viento ninguno que sople y las tuerza!
La
dama de mis sueños vive
ajena
a las mundanas cosas,
tan
sólo su mirar percibe
las
frescas y lozanas rosas
que
inundan su jardín, preciosas;
¡no
ve que mi semblante abrasan
las
llamas que todo mi cuerpo traspasan!
La
dama de mis sueños sueña
con
mundos increíbles, gratos,
¡ignora
que ella es la dueña
de
todos mis ilusos ratos!
Le
diera mi pasión en hatos
si
sólo me mirara un punto
¡antes
que las llamas me vuelvan difunto!
Si
bien las estrofas que se utilizan en los ejemplos son tres, su
autor declara que pueden utilizarse cuantas estrofas sean necesarias; incluso puede
constituirse un poema monoestrófico.